Propuesta de crecimiento vertical de alta densidad en Mexico DF
El proyecto pretende desvincularse de la corriente de la arquitectura que, sumida en la “cultura del icono”, olvida en ocasiones su compromiso colectivo a la hora de construir ciudad. La propuesta se levanta en la ciudad como un tapiz ligero, poroso y lleno de reflejos. Permitiendo una ventilación natural y una doble orientación de todo el programa. Una superficie que se pliega cuando llega al suelo y resuelve los equipamientos necesarios para el barrio en el que se inserta.
La calle, la cota cero, ya no es el lugar de relación en los XXL. La calle entronca al edificio en la ciudad, pero su relación con ella se limita a la ubicación de los núcleos de comunicación y vestíbulos principales. Los lugares de relación y sociabilidad pasan a bandejas superiores donde desembocan las infraestructuras de intercambio de un programa a otro.
Mexico DF se encuentra hoy en un proceso de redensificación urbana debido a la gran escasez de suelo y a una superpoblación que no cesa en su aumento. La construcción de grandes condensadores en nodos puntuales podría oxigenar la congestión que hoy sufre la ciudad. En el cruce de las dos arterias principales que cruzan esta colosal megalopolis, Avenida Insurgentes y el Paseo de la Reforma, se sitúa esta propuesta de crecimiento vertical que busca convertirse en una alternativa al modelo de torres residenciales monofuncionales exentas.
Decía Andy Warhol en su libro Mi filosofía de A a B y de B a A (1975): «el verdadero lujo es tener espacio vacío». El mayor porcentaje de programa queda definido por el uso de vivienda. He aquí donde se ha pretendido introducir una serie de premisas que aporten condiciones de flexibilidad de la célula de habitabilidad. La necesidad de diseñar en el interior de la vivienda un espacio ambiguo, sin uso preconcebido, aportará ese margen de adaptabilidad del usuario. Este espacio responderá a los distintos acuerdos sociales que se producen entre familias, pudiendo transformase en un dormitorio improvisado, en un estudio o en un espacio de trabajo. Por otro lado, la congestión de las ciudades contemporáneas nos ha llevado a reflexionar sobre la introducción de un espacio en la vivienda en la que los más pequeños puedan jugar, correr, saltar, un espacio que permita desarrollar las relaciones sociales sin un patrón clásico heredado de la vivienda convencional. En definitiva, un espacio que responda a las prácticas movedizas y portátiles de las nuevas exigencias contemporáneas. Un espacio alterable. Un espacio para la negociación.