El nuevo pabellón se compone de dos partes. Por un lado, el gran volumen que contiene las pistas polideportivas, y por otro, una pieza de baja altura cuyo objetivo es alimentar a la pista de usuarios y contener los espacios auxiliares. Este se configura de tal forma que recoge los flujos de personas provenientes de la calle Feria, vía de mayor importancia de la zona, y los conecta con el nuevo pabellón.
La estrategia adoptada responde a las necesidades solicitadas en el programa, pero ofreciendo un gran espacio longitudinal donde se podrán celebrar eventos multitudinarios y extraordinarios. Este cuerpo bajo, al que llamamos “el brazo”, se proyecta como un gran vestíbulo urbano dinámico. Un espacio que además de cumplir con el objetivo de recoger a los usuarios y de ubicar parte del programa, ofrece un lugar de encuentro.
La entrada al nuevo pabellón se produce por la nueva plaza de acceso, común al pabellón Enrique Blas. Será en esta zona próxima a la calle Feria donde se configura una “cabeza” que alberga la recepción, despachos de administración, sala de reuniones y algunos espacios auxiliares y de servicios.
El acceso te hace girar 90º para enfocarte hacia el “brazo”, el cual nos llevará a las pistas. Una vez dentro, el “brazo” se pliega ofreciéndonos por un lado, una rampa al 6% de pendiente que nos conducirá hasta el nivel de las gradas y por otro, continuar a la misma cota de acceso y llegar hasta los vestuarios. Gracias a este pliegue los dos flujos principales del proyecto quedan divididos en niveles diferentes. En el nivel inferior los deportistas y usuarios, y en el nivel superior el público general.
El recorrido hasta las gradas se proyecta como una gran “promenade” iluminada cenitalmente por unos dientes de sierra de pequeña escala. Una vez alcanzada la cota máxima de la rampa, llegamos al acceso de las gradas. En este nivel se encuentra un bar bajo la estructura escalonada del graderío.
En la planta inferior, la cual se encuentra a la misma cota del acceso, se proyecta un paquete de despachos destinados a profesores, árbitros y personal sanitario. Así como una enfermería. Estos “habitáculos” se construirán como pequeños volúmenes de vidrio dejando un patio entre estos y el antiguo pabellón. Continuando en dirección hacia la pista llegamos a la zona de vestuarios. Se proyectan tres vestuarios idénticos con el objetivo de cumplir las recomendaciones de las normas NIDE. Cada uno de estos estará equipado con zona de lavabos e inodoros, zona de taquillas y cambio de ropa, y duchas. Los tres vestuarios tendrán acceso directo a la pista, a la misma cota.
La cubierta de la ampliación adquiere un carácter principal en el diseño del proyecto. La pieza “brazo” quedará cubierta por unos pequeños dientes de sierra orientados a oeste. La cubierta de la nueva pista se proyecta como unos dientes de sierra de gran escala girados respecto a planta con el fin de buscar la orientación norte. Estas grandes luces serán soportadas por una estructura de cerchas metálicas. La iluminación natural será la idónea en cada uno de estos espacios.