Vivienda Pública en Triana, Sevilla
La reflexión en torno al habitar contemporáneo debería aproximarse a la complejidad de una sociedad que ya no se rige por unos patrones de comportamiento establecidos. El desafío que supone hoy diseñar un edificio de vivienda colectiva ha de estar próximo al de proyectar un soporte doméstico que sea capaz de albergar los deseos de muchos y que aporte la flexibilidad necesaria para dar respuesta al paso del tiempo, tanto del propio edificio como de sus habitantes. La propuesta trata de acercarse a estas dos premisas.
Por otro lado, la necesidad de humanizar la ciudad heredada, planificada para la máquina y no para los ciudadanos, nos lleva a localizar posibles potencialidades que generen esos espacios urbanos amables a caballo entre la vivienda y la ciudad. En ese sentido, el proyecto se convierte en la piedra angular de la zona, al tallarse para ceder una nueva calle peatonal ajardinada que una los dos parques a este y oeste del emplazamiento, y al convertirse en charnela de un barrio que quedaría desconectado por la gran manzana que dibuja el trazado viario.
El proyecto se integra en el área de reforma interior ARI-DT-05 definida en el PGOU de Sevilla. El edificio proyectado se presenta como un volumen prismático de planta triangular alineado con la calle San Vicente de Paul en su fachada norte y con la ampliación de los jardines en su fachada oeste. Sobre rasante dispone de 7 plantas (PB+6) cuyo uso contemplado en el PGOU es residencial y bajo rasante posee 2 plantas de aparcamiento. La propuesta cubre el programa de 35 viviendas protegidas establecido en el planeamiento. Se plantean dos accesos peatonales al interior del edificio desde la planta baja, uno desde la fachada norte y otro desde la fachada sur mediante una rampa que resuelve un itinerario accesible.
Consideramos que el planeamiento previsto propone una ordenación cuya posible respuesta hubiera sido una solución convencional basada en la implantación de un volumen que colmatara una supermanzana proyectada para el tráfico rodado, no para el peatón. Proponemos una alternativa a la ordenación establecida el PGOU: Introduciendo unas ligeras modificaciones sobre los límites de los solares destinados a residencial y dotacional, sin alterar las superficies establecidas en el planeamiento para cada uno de estos usos, conseguimos una nueva calle que conecta peatonalmente los parques del barrio, prolongando el flujo y las visuales provenientes de la calle San Vicente de Paul.
La configuración formal de la propuesta, un volumen prismático de base triangular, responde a la idea de proyectar un edificio “hecho a medida” del sitio. Pues su forma la genera los condicionantes y oportunidades del entorno: prolongar los flujos y visuales de la calle San Vicente de Paul, crear una nueva calle peatonal ajardinada a modo de espacio público regalado a la ciudad, integración en la traza geométrica del urbanismo del barrio, etc. su modo de integrarse en el entorno para generar un nuevo espacio de relación. La composición de las fachadas se resuelve mediante una estructura soporte para disponer las terrazas que envuelven perimetralmente al edificio. En el alzado sur la estructura se dispone como una trama regular tras la cual se localizan las terrazas acompañadas del núcleo de escaleras. En las fachadas oeste y norte, ésta estructura vuela sobre el perímetro del edificio a partir de la primera planta, ofreciendo un entramado a modo de “botellero” que se irá cargando de terrazas conforme a las necesidades de los habitantes. La organización de la vivienda en bandas ofrece cierta flexibilidad espacial, tanto internamente como a nivel de relaciones con el resto de viviendas, acercándose al concepto de vivienda evolutiva.