Residencia en el Cuartel Duque de Crillon
Las actuaciones que se proponen sobre el antiguo Cuartel del Duque de Crillon tienen como objetivo implementar la accesibilidad universal en su interior, garantizar la habitabilidad y el confort térmico. Destacan seis actuaciones principales:
- Supresión de barreras arquitectónicas, detectadas principalmente en planta baja, rebajando el pasillo interior a la cota de las estancias circundantes y disponiendo una rampa en el acceso sur de la plaza.
- Actuación en la envolvente, disponiendo una capa de aislamiento térmico continua en cubierta y en la cara interior del cerramiento, así como apertura de un lucernario longitudinal en los faldones sureste de las torres laterales y el cuerpo central, que permitan el control del soleamiento en las salas de convivencia y de los espacios de circulación.
- Disposición de una terraza accesible y elevada sobre el nivel de calle para generar privacidad y de una pérgola ajardinada hacia la Calle del Duque de Crillon que actúa a modo de colchón térmico de la planta baja, suavizando la incidencia del sol en las horas centrales del día (orientación sur).
- Eliminación de falsos techos en las plantas altas para dotar de mayor amplitud y calidad espacial a las estancias, así como para revalorizar la estructura original de cerchas de madera del antiguo cuartel.
- Habilitación de la galería bajocubierta del cuerpo central que permite la comunicación entre los dos cuerpos laterales dotando al edificio de una mayor flexibilidad de uso por parte del personal.
- Se abren los huecos tapiados de los testeros.
Los espacios comunes, tanto de la residencia como del centro de día, se ubican en planta baja, a excepción de las tres salas de convivencia de los módulos de habitaciones. Estos espacios comunes de planta baja guardan relación -directa o visual a través de puertas y ventanas- con la nueva terraza-jardín de la Calle del Duque de Crillon, a través de la cual quedan comunicados por el exterior.
Las salas de convivencia de cada módulo, ubicadas en planta primera, están dispuestas en los dos extremos y el centro del edificio. Quedan comunicadas con el pasillo a través de una amplia apertura practicada en el grueso muro central, que se desnuda hacia el interior para dejar vista la autóctona piedra de marés. Las dos salas de los extremos cuentan con tres ventanas en esquina que propician la ventilación cruzada mientras que la central está dotada de luz cenital a través del lucernario del faldón sureste de la cubierta que incide en la galería bajocubierta e indirectamente en la sala de convivencia a través de ventanas practicadas en la parte alta del muro. Con estas medidas se trata de enfatizar el carácter de espacio semiexterior de estas salas.